Si buscas un sitio en el que te sientas como en casa, pero sin tener que cocinar, el Restaurante Amalur Jatetxea es tu lugar. Desde 1978 los hermanos Lertxundi llevan sirviendo platos que huelen a leña, a receta antigua y a producto bien hecho. No es un restaurante de postureo: aquí lo que importa es que salgas lleno, contento y sin que el bolsillo sufra. Pollos asados, codillos lentamente horneados y tapas que piden otra caña son su carta de presentación.

Está en Gros, un barrio con tanto ambiente que a veces cuesta elegir dónde parar. Pero si lo que quieres es algo contundente, sin florituras, pero con alma, Amalur Jatetxea es esa apuesta segura que nunca falla. El local es sencillo, acogedor y con ese punto de ruido de fondo que te recuerda que estás donde la gente va a comer de verdad, no a hacerse fotos.

Y aunque su fama la llevan los asados (con razón), la carta tiene de todo: desde bocadillos que casi no caben en la mano hasta platos combinados que son un viaje a la cocina de toda la vida. Si vas, no te vayas sin probar su pollo, la especialidad de la casa. Llevan años perfeccionándolo, y se nota.

Horarios

Este restaurante le ofrece a su público un horario extenso para que pueda pedir y degustar sus exquisitos platos. Incluso promocionan lo de “Cocina abierta todo el día”, algo que a mucha gente le encanta.

Su atención va de miércoles a lunes en horario corrido. Los martes permanecen cerrados por descanso. Navega por nuestras promociones de Amalur Jatetxea y entérate de las horas precisas que tienen disponibles para ti.

Menú

El desayuno para dos es de esos que arrancan el día con energía: tostadas con tomate, bacon crujiente, huevos recién hechos y hasta croissants rellenos para los que no tienen miedo a empalmar. Y si te gusta terminar con algo dulce, el yogur con miel y nueces es un acierto. Lo mejor: puedes acompañarlo con un café cargado, un Cola-Cao como los de antes o lo que te apetezca.

Para el resto del día, los platos combinados son la opción fácil: huevos con txistorra, albóndigas jugosas, merluza rebozada... Todo viene con patatas, croquetas o ensalada, porque aquí no sirven platos tristes. Y si te tira más el asador, el pollo o el filete con pimientos verdes son clásicos que nunca pasan de moda.

Ah, y si no te decides, siempre están las hamburguesas (con huevo frito, claro) o esa opción de dos hamburguesas con croquetas que es casi un desafío. Pero vamos, lo que elijas irá acompañado de ese toque casero que hace que repitas. Por algo llevan décadas siendo un referente en Gros.

Comer en Donostia

Donostia es una ciudad que vive por y para la buena mesa. Aquí los bares se llenan a media mañana por el pintxo-pote, los restaurantes con estrella Michelin comparten barrio con tabernas de toda la vida, y hasta el más pequeño local esconde algún plato que merece la pena. No en vano, esta es una de las capitales gastronómicas de Europa, donde tradición y vanguardia se dan la mano.

En medio de este paraíso para los amantes del comer, Amalur Jatetxea destaca por algo que no siempre es fácil encontrar: sencillez bien hecha. No hay humo ni decoraciones de moda, sino platos contundentes, sabores de siempre y raciones generosas. Mientras otros se enfocan en lo instagrameable, aquí lo importante sigue siendo que salgas satisfecho. Y en una ciudad con tanta competencia, eso dice mucho.